Las calizas son rocas constituidas mayoritariamente por carbonato cálcico (y a veces también magnésico), que proporcionan valores de resistencia a flexión, compresión, anclaje e impactos, intermedios y altos, presentando buenas cualidades para la talla y facilidad de corte debido a su baja abrasividad. Se distingue de otras rocas parecidas por la efervescencia que da al ser tratada con ácidos. Con frecuencia está formada por caparazones de organismos vivos, unidos por un cemento también calcáreo. Su densidad real es de 2,4 – 2,8 kg/dm³; su dureza oscila en torno a 3. Es muy permeable como consecuencia de estar frecuentemente agrietada.
Estas rocas carbonatadas pueden sufrir en algunos ambientes, los efectos de la contaminación química, que produce en ellos cierta pérdida de materia. Sus principales enemigos son CO2, SO2 y NO2.
Es muy buena piedra de construcción, en general, lo mismo para mampostería que para sillería. No sirve para adoquinados por ser demasiado blanda. Es muy buena para hormigones. Se emplea también como materia prima para la fabricación de la cal y del cemento.
Hoy en día se utilizan ampliamente en cualquier tipo de edificación, sobre todo en fachadas, para elementos de ornamentación, en amueblamiento urbano, en interiorismo, etc.
Por sus terminaciones y sus tonos cálidos, con predominio de cremas y ocres, combinan muy bien con otros materiales y en especial con la madera.