Al igual que las calizas, de las que derivan, son rocas conformadas principalmente por carbonato cálcico, que han sufrido procesos de recristalización. Esto proporciona una gran dureza que, unido a su buena cristalización, predisponen a estas rocas para su buen pulido superficial, con aparición de perfecto brillo. Presentan valores mecánicos altos.

En este grupo de los mármoles se pueden distinguir dos tipos litológicos: Los verdaderos mármoles, de edad antigua, y las calizas, que sin llegar a este grado cristalino, por su dureza, admiten el pulimento. A veces se le llama mármol, impropiamente, porque admite un vistoso pulimento. En esta roca el cemento calizo se ha cristalizado y, por ello, ha adquirido un aspecto de mármol. Se denomina caliza marmórea.

Las impurezas son las que dan sus caprichosas coloraciones al mármol. El mármol puro es totalmente blanco. Los mármoles se han utilizado desde hace siglos principalmente en la ornamentación, escultura y otras nobles aplicaciones artísticas, así como en solados y paramentos de construcción culta y monumental.

Hoy en día, se dispone de todo tipo de piezas para interiores y fachadas de edificios, encimeras de cocina o elementos decorativos, estando presentes en construcciones de prestigio.

¡Llámenos ahora!